Por: Ed Kürten
En su casucha aguarda enfurruñado la expiración de la noche de difuntos. Tras lustros, el viejo psicópata conocido como Cara Pepona, ha aprendido a odiar tan significativa fecha; la única que, con pesar, renuncia a sus herramientas de placer: su máscara de muñeca y su motosierra. Desde que la estúpida moda de Halloween preñara las tinieblas de intrusismo profesional ha perdido las ganas de asustar y matar.
«Truco o trato», gritan unos pequeñuelos frente a su puerta. Y resignado sonríe mientras les invita a pasar. Renovarse o morir, piensa cuando vuelve a enmascararse tras el sonriente semblante de una pepona.

Imagen de Pixabay